lunes, 6 de noviembre de 2017

El ser de puño y letra...

Entre pensamientos y reflexiones nos comemos el mundo.
Es tan mágico creerse inimputable, como sublime el ideal que lo sustenta, claro que de convicciones estamos hechos y de inseguridades negadas en el baúl de lo implícito.

Hay momentos en el camino, que la serenidad te colma el alma, te ilumina el farol de tu nrte, del sólo ser quien uno elige, con sus aciertos, con sus errores...
¡¡Santa capacidad, la de visualizar pecados propios que contrarrestan el superyo juez en acto ajeno!!

Bendito momento de templanza, ansiado, con la felicidad hecha hueso, cuando el eje es uno, cuando se elige y nos volvemos consecuencia consciente de eso que queremos ser directa o indirectamente. Sin fantasmas, sin miedos, en la lucha de lo cotidiano, ni trágico, ni simple... ni vulgar, ni grandilocuente... Fluye así la vida, fluye y nos apropiamos sin quererlo de la alegría de las pequeñas cosas del vivir cotidiano.

Se presenta brisa, se presenta impronta, se presenta simpleza en la esencia de cada detalle.
Recordamos que la complejidad nos instituye, sin por eso desbordarnos. Reflexión hecha suspiro, sonrisa hecha compatibilidad, abrazo hecho vinculo... Entendimiento supremo que nos diferencia, nos enaltese cual aves que buscan su puerto.

Similitudes contrastadas diarias, azar planificado, incongruencia lineal; todo en uno. Eso que somos, sin demasiado detalle, desnudos a la esencia, cómplices con cada destino.

Materia esculpida por voluntad divina, que permite reconocernos, identificarnos, reconstruirnos al juzgarnos, en diálogo hecho negociación diaria...

Y la vida transcurre, eligiendo quien ser cada día, entre decisión y balance, con representaciones propias y/o estructuras adquiridas... Se presenta simple, se vive mansa, con un devenir de sueños por cumplir y proyectos en camino, fiel a la esencia y bella en valores...

... En un modo de ver, nada má sabio, nada más genuino!

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