lunes, 4 de enero de 2010

Más vale "nunca" que tarde...


Se me ocurrió que la frase tan conocida: "más vale tarde que nunca", debería ser reemplazada, si generalizáramos la lógica de muchas situaciones:
- Más vale nunca haber aprendido a odiar antes de arrepentirnos tarde de lo que, por tanto sentimiento ofensivo desparramado, pudimos lograr.
- Ojala nunca hubiéramos conocido el arte de la guerra, ya que tarde será el día que nos abrazemos sin intereses, nos queramos como especie y luchemos juntos por negociar la paz y la vida.
- Si tarde es el momento en que el tiempo se nos escapó y la vida con él, más vale siempre ver y contemplar intensamente las cosas hermosas que nos pasan…

Cabe destacar que en este caso entenderíamos al “nunca” como un “siempre”… Sería apropiado por eso que el siempre reemplace al nunca en muchas circunstancias… Cuando el olvido quiere congelar en la memoria los momentos de la vida, siempre hay recuerdos de sensaciones, situaciones y nunca pueden bloquearse, en algún lado están; llenas de polvillo y resabios de conciencia dormida, obnuviladas de tanta penumbra.

Cuando nunca es siempre, podemos codificar situaciones en positivas… Nunca creía en que pudiera pasar… y sin embargo, me lleno la boca hablando desde un nunca que era un siempre. Si dijéramos nunca podré ayudar, dar la mano, nunca valí nada…. Digamos siempre existe una manera de dar sin limitaciones, de abrazar desde el alma, de valer lo que soy pese a los rótulos, a los dedos sociales, a mi profesión, los datos de mi DNI. (Siempre soy lo que soy! Je)

Claro está que ese "nunca – siempre" debe nacer desde nuestro ser y nuestras ganas… Si siempre supe porque será que nunca no sabía??... En otro caso, a su vez un "nunca no", también representa un "siempre"…

A diferencia de esto, “siempre” no puede ser nunca, porque el siempre es cada vez que se quiere, que se puede, que se lucha por ello… en estos casos no habría un nunca ya que algo de tanta energía proyectada y volcada a este deseo ocurre, algo ni grande ni chico; simplemente ese “algo” inexplicable…

No crean que hoy estoy más loca que nunca, No!... Escribo y describo mi manera de vivir, cuando sé que los nuncas ya los tengo impuestos (muchas veces), sé también que no tengo mucho por perder, si involucro siempre mi energía en eso que tanto deseo, si no lo cumplo exactamente no hice más que incrementarlo aun más … Y más que desilusión es sorpresa cuando algo parecido puede surgir, cuando ese SI que parecía un NO se vuelve un SI íntegro a corto, mediano o largo plazo….

Transmito lo que creo: Más vale nunca dar por perdido un sueño, un deseo, un anhelo que tarde arrepentirnos de no haber intentado, de no haber creído tener la fortaleza para empezar a cumplirlo o tarde pensar que nunca lo intentaríamos…

domingo, 3 de enero de 2010

Sujetos al/de tiempo...


Horas que transcurren al ritmo de los corazones encontrados, cómplices de los momentos de la vida y compañeros de todos los destinos.

Muchos momentos, millones de situaciones… Pareciera fuera hoy cuando aprendimos a mirar, pareciera fuera ayer el futuro que nos encuentra. Ojos que admiran la madurez de los seres queridos, amigos que se hacen sentir a pesar de la distancia, que traspasan el recuerdo para volver a pronunciar su presente.

Minutos que marcan el adiós en el andén lleno de encuentros, que cuestionan las lágrimas derramadas de los seres sonrientes… Todos buscando razones cuando los motivos, simples, sencillos e íntegros, ahí están.

“Porques” que salen de excursión, en el tren de la vida que no tiene estaciones… Estaciones que encuentran trenes desviados, sin vía pero plenos de felicidad y con su rumbo pensado, repleto de emociones… Puentes que se vislumbran entre el ayer y hoy, construídos con esencia sólida y con pasión consolidada…

Tiempo que cura, tiempo que enseña, tiempo que calla, que explica o que rehabilita… Que en algún momento ve madurar la fruta del árbol caído, ve florecer los tulipanes de invierno o las hojas amarillas de verano. Tiempo de sonrisas compartidas, de creer sin esperar, de confiar sin reprochar, de amar sin querer, de dejar sin proyectar…

Segundos que transcurren y nos siguen contando que somos esto que somos, lo que tenemos, lo que podemos, lo que anhelamos y lo que queremos. Segundos que narran de donde venimos, pronuncian la sangre y hacen hablar a la tierra, que nos ve desnudos pese a los disfraces, que escucha los mismos idiomas, pronuncia la necesidad de nuestras almas y organiza el devenir en nuestra ilógica rutina.
Tiempo de ser lo que somos, de dejarse llevar con la brisa de la vida, de vivir ilimitadamente cada circunstancia, de contemplar con los sentidos, de reir con el alma, de agradecer lo que quiso que fuese y será cada historia. Tiempo de abrazarnos sin adueñarnos, de encontrarnos sin atarnos, de disculparnos sin reclamarnos, de observarnos sin juzgarnos, de entendernos sin justificarnos.
Dejarnos llevar sin evaluar tanto, porque nos preocupamos en cosas tan banales como el hilo que se corta en un pajar… que de vivir nos falta ocuparnos.